En la actualidad, la inteligencia artificial es uno de los campos de investigación con mayor avance y desarrollo en la humanidad, impactando de manera positiva actividades cotidianas de las personas y de diferentes industrias, posibilitando mecanismos más precisos, rápidos y eficientes.
La consultora McKinsey, en su artículo “The Top Trends in Tech 2021”, menciona que para 2024 más del 50% de las interacciones de los usuarios se aumentarán gracias a los algoritmos basados en la voz y en la visión artificial, además, se estima que para 2021 existirán 1 billón de cámaras conectadas compartiendo datos.
Teniendo en cuenta lo anterior, te preguntarás: ¿podría la visión artificial convertirse en una alternativa que le permita a las cámaras “ver” e “interpretar” imágenes y no solo sean dispositivos de monitoreo y almacenamiento?
Esta cuestión nos pone frente a un objetivo que hoy es lograble y en donde la creatividad sobre los diferentes casos de uso puede ser la única limitante.
Imaginemos escenarios como: detectar un arma de fuego y alertar a las autoridades en tiempo real, monitorear el adecuado uso de elementos de protección personal para salva guardar la integridad física de las personas, detectar el color de una camisa, el nivel de alopecia y el uso de anteojos en los centros comerciales o inclusive, controlar el adecuado lavado de manos por parte de médicos, pacientes y visitantes en entidades hospitalarias para mitigar contagios. ¿Sabías que son algunos en los que se puede aplicar la visión artificial?
Con lo anterior, podemos entender que esta tecnología cada vez tomará más fuerza, apoyando actividades que se basan exclusivamente en el monitoreo, dado que estamos frente a unas capacidades en donde la acción inmediata, la fiabilidad del control y la gestión ininterrumpida se convierten en los principales beneficios.