No toda infraestructura es la nube y la nube no es cualquier infraestructura. El concepto de nube pública suele entenderse como un centro de datos lejano que cumple con estándares internacionales de disponibilidad y continuidad. Sin embargo, la nube es mucho más que eso y puede estar ubicada en tu misma ciudad o país.
El centro de datos tradicional va desde equipos de cómputo ubicados cerca de la máquina dispensadora de comida, hasta computación de alto desempeño en el centro de datos de un tercero. Sin embargo, típicamente ninguno de estos ofrecimientos corresponde a la nube pública, y ya te voy a contar el por qué.
Las siguientes 5 características son esenciales que se cumplan para que una infraestructura sea catalogada como nube pública.
La nube pública debe permitir que seas capaz de auto aprovisionarte capacidades de computación, tales como procesamiento, almacenamiento, bases de datos, entre otros, sin la necesidad de requerir la interacción ni intervención del proveedor de la nube. Por lo tanto, si tienes contratadas unas capacidades fijas o de línea base por mes, y cuando requieres aumentar o disminuir su capacidad debes hacerlo a través de nuevas políticas contractuales, que requieren tiempos y flujos de aprobación con su proveedor de infraestructura, ya no estamos hablando de la nube.
Este alcance es diferente cuando se tercerizan los servicios de nube, ya que efectivamente tendrías una línea base de referencia para estimar el valor de los servicios, podrías crecer y decrecer según la demanda, pero el aprovisionamiento de las nuevas capacidades va de la mano con la contratación previa de un servicio de diseño y de actividades de implementación de estos servicios.
El acceso a la nube es posible a través de redes de Internet, lo que posibilita hacerlo desde cualquier tecnología de computación personal, sean dispositivos móviles, tabletas, portátiles o equipos robustos. Si el acceso a las capacidades contratadas en la nube le exige utilizar mecanismos específicos de conectividad, programas especializados y dispositivos robustos para el acceso y configuración, entonces no estamos ingresando a la nube pública.
La tercerización de los servicios entrega esta responsabilidad a un tercero, por lo tanto, es este quien posee el control sobre tus recursos, eliminando así los riesgos asociados al conocimiento, la operación y el soporte de la nube. El tercero puede habilitarte el acceso a tableros de control que entreguen visibilidad sobre el estado de salud de la operación de tus servicios.
Los recursos de computación como el procesamiento, la memoria y el ancho de banda de la red son compartidos entre varios clientes a través de un modelo multi-instancia, donde los recursos se asignan de manera dinámica de acuerdo con la demanda. Por esto, los clientes no conocen exactamente el servidor, el sistema de almacenamiento o el firewall que protege su información, sino que se les especifica la ubicación por ciudad, región o centro de datos. Pero te podrías estar preguntando ¿y qué pasa con la seguridad de mi información?
No te preocupes por la información alojada en la nube pública, ya que a pesar de ser servicios compartidos las múltiples instancias se encuentran completamente separadas y aisladas. De manera, que desde sus recursos, los otros cliente no pueden tener conectividad ni acceso a tu información.
La nube pública es elástica, es decir que de manera automática tus capacidades pueden escalar rápidamente a capacidades mayores o menores de acuerdo a la demanda de la temporada. La nube te entrega recursos ilimitados que pueden ser aprovisionados en cualquier momento. Ahora miremos un ejemplo.
Si nos encontramos en el mes de Diciembre, el cual representa una época de crecimiento del comercio por Internet, tus capacidades computacionales pueden no ser suficientes para soportar la gran cantidad de usuarios que ingresarán a tus aplicaciones para consultar y comprar productos. Miremos cómo contribuye la elasticidad a tu negocio cuando la demanda supera la capacidad de los servicios contratados:
Si no cuentas con un servicio elástico, tus usuarios experimentarán inactividad y caída de los servicios, lo que impactaría negativamente la reputación de tu aplicación.
Si cuentas con la elasticidad de la nube pública, tus recursos incrementarán automáticamente para soportar esos picos de demanda de tus usuarios, sin la necesidad de la intervención de TI. La experiencia de tus usuarios no será impactada y el negocio no dejará de crecer.
La nube entrega visibilidad y control del uso y consumo de los recursos, de manera que recibes un servicio transparente sobre las tarifas que aplican a las capacidades de cómputo, el consumo durante el mes y los servicios asociados al soporte. Esta información es clave para que puedas detectar dónde hay mayor inversión y las posibles estrategias de mejora de la arquitectura de los servicios para reducir costos.
Cuando los servicios son tercerizados, a esta medición se le adiciona el tiempo, esfuerzos y costos de administración, operación y soporte de los servicios contratados en la nube.
El concepto de nube no depende de la ubicación de los recursos, sino de las capacidades del centro de datos de cumplir con estas 5 características esenciales, de manera que facilite el acceso a los recursos desde cualquier lugar, permita el aprovisionamiento y desaprovisionamiento elástico y por demanda de los recursos, bajo un modelo de pago por uso.
Conoce y aprovecha las ventajas de la nube pública como Amazon Web Services, Microsoft Azure, Google Cloud, entre otros; y transforma la operación de tus servicios de un modelo estático, a uno dinámico y elástico en la asignación de recursos. Protege el crecimiento de la demanda de tus aplicaciones y acelera la oportunidad del negocio de entregar servicios con altos niveles de disponibilidad y continuidad, que te permiten entregar una excelente experiencia para tus usuarios.